La sexología abarca mucho más de lo que pensamos. Está en las miradas, en las caricias o en pequeños gestos. Habitualmente, se ha centrado en la penetración, y precisamente esta percepción puede ser una limitación; se olvida el juego, el sentirse y hacer sentir deseado al otro, disfrutar del proceso.
La terapia sexual es un proceso psicológico que ayuda a abordar y resolver dificultades relacionadas con la sexualidad. Se puede realizar, tanto a nivel individual como en pareja.
A través de un enfoque profesional, respetuoso y libre de juicios, se trabaja sobre temas como el deseo, la excitación, las disfunciones sexuales, la comunicación íntima o la vivencia del placer.
Algunos de los beneficios de la terapia sexual incluyen una mejora en la autoestima sexual, mayor disfrute de las relaciones, reducción de la ansiedad y una vida íntima más plena, satisfactoria y conectada con el bienestar general.
